31 / sábado - julio de 2010

Semana 30. 212/153
Ignacio.
Fiesta en Bilbao y San Sebastián.

Estrenada en 1960, se cumplen ahora 50 años de una de las películas más inquietantes de la historia del cine: Psicosis.

Con un coste de cerca de 800 mil dólares, nació de una novela homónima de Robert Bloch, basada en un hombre que guardó el cadáver de su madre durante muchos años.

El guionista, Joseph Stefano, fue el único encargado de decidir sobre su adaptación. Modificó al Norman Bates original al parecerle demasiado desagradable. Buscando reconducir la historia, Stefano planeó que el film se iniciara con un personaje que diera la impresión de ser la estrella (Janet Leight en el papel de Marion Crane y que luego muriera para conocer al verdadero protagonista (Anthony Perkins como Norman Bates). Para no arruinar la sorpresa Hitchcock logró que se prohibiera la entrada al público una vez empezada la película.

Trabajó con el mismo equipo con el que hacía el programa Alfred Hitchcock y su habitual aparición (seña de identidad del director) se produce, en este caso al inicio del film. Pensaba que cualquier distracción cercana al asesinato sería desastrosa

Para mantener el rumor de que la madre estaba viva, Hitchcock hizo correr el rumor de que realizaría audiones para interpretarla.

Para dar la impresión de una persona mayor, se vistió al cadáver con un vestido rosa.

Sin duda la escena más famosa es la del asesinato en la ducha. Una escena plagada de detalles curiosos salpicados de alguna que otra leyenda urbana.

Filmar el asesinato llevó siete días; un tercio del tiempo que Janet Leight participó en la película.

Se rodaron 70 tomas para un resultado final de 45 segundos.

Cuando Bernard Herrmann compuso la música de la escena decidió que sólo constaría de instrumentos de cuerda. Pensaba que así se reflejaría mejor el blanco y negro de la película.

Fue la primera escena de la historia en la que apareció un inodoro.

Para que las imágenes en que aparece el cuerpo desnudo, o las tomas a través de la cortina de la ducha contrataron a una doble.

Mientras se duchaba, Leigh iba cubierta con una tela de color carne.

Las únicas partes que se aprecian de su cuerpo son pies, manos, hombros y cabeza. Para evitar posibles “accidentes” que dejaran visibles otras partes de su cuerpo algunas escenas se rodaron a cámara lenta.

El cuchillo jamás tocó a la actriz, Todo se arregló en edición.

Para lograr la toma en la que la cámara enfoca el agua que cae de la ducha, se montó una instalación especial para que el líquido no tocara el objetivo.


El agua de la ducha siempre estaba caliente.

La toma más difícil fue aquella en que Marion está muerta en el suelo. Como no podían hacerse automáticamente, el cámara tuvo que hacerlo de forma manual repitiéndolo más de 20 veces.

Mientras es asesinada cada corte entre una toma y otra pretende parecer una puñalada.

El sonido del cuchillo sobre el cuerpo de Marion se logró gracias a melones que fueron acuchillados.

Para filmar la sangre yéndose por el desagüe se hicieron muchas pruebas porque esta tenía que tener la consistencia exacta. Se probó salsa de tomate y sangre artificial, pero al final se eligió jarabe de chocolate.

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