Elisa. Sabas.
Una mañana, el cocinero del duque francés de Plessis-Praslin, derramó accidentalmente una cazuela con azúcar caramelizado sobre un recipiente lleno de almendras. Cuando probó el resultado, el duque quedó tan encantado que prestó su nombre a la nueva receta. A partir de aquel día empezó a conocerse como praslin o praliné algo que entonces se parecía más a las almendras garrapiñadas que a lo que hoy llamamos praliné. Hubo que esperar casi un siglo a los artesanos chocolateros belgas para mejorar la fórmula..- Todos los capítulos de Tantos hombres y tan poco tiempo