14 / martes - diciembre de 2010

Semana 50. 348/17
Juan de la Cruz.

El gimnasta George Nissen, observó que los trapecistas rebotaban sobre la red que les protegía de caer al vacío y pensó que él podría crear un artilugio similar para mejorar sus entrenamientos. Así que, en 1934, cogió un marco de acero de una cama vieja y lo cubrió con centenares de resortes que le ayudaban a saltar con más altura e impulso. Nissen vio en ello un posible negocio y se embarcó por todo el país con dos amigos –Los tres Leonardos- para demostrar en directo las bondades de su producto a base de complicadas acrobacias. En 1942 vendió 10 unidades para unos campamentos de verano y, cuando creía que el mercado estaba saturado, tuvo un golpe de suerte: su invento empezó a usarse para los entrenamientos de los pilotos de combate y en los programas espaciales.

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