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Al oír o leer "fogoso", la gente suele asociar esta palabra al fuego porque la relaciona con una metáfora bastante verosímil vinculada con la impetuosidad de las llamas y referida, generalmente, al brío sexual. Sin embargo, el vocablo nada tiene que ver con fuego: nos llegó del francés fougueux, un derivado de fougue «ímpetu», «brío», que se incorporó, a su vez procedente del italiano foga «impetuosidad», formada a partir del latín fuga «fuga», «huida». Por cierto, el vocablo español fuga tiene el mismo origen..- Todos los capítulos de Tantos hombres y tan poco tiempo.