15 / viernes - abril de 2016

Semana 16. 106/260
Paterno.

Entre los sultanes del imperio otomano era casi normal matar a sus hermanos para evitar que amenazasen su posición de poder. Uno de los que rompió la norma fue Mustafá I (1591-1639) al que no asesinó su hermano pero si lo mantuvo prisionero bajo arresto domiciliario (un sistema conocido como jaula) durante 14 años, lo que afectó a su salud mental. Acabó convirtiéndose en sultán en 1618, pero se comportaba de manera extraña, tirando de las de las barbas a sus ministros y echándole monedas a los peces, así que fue depuesto por su sobrino volviéndolo a meter en la jaula. Se convirtió en sultán por segunda vez en 1622, pero su comportamiento mejoró poco y volvió a ser destronado en favor de un sobrino distinto, Murad IV. Fue confinado y murió 16 años después.
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