25 /  martes - abril de 2017

Semana 17. 115-250
Marcos.

Los sueños megalómanos son una constante en las mentes de los dictadores. Adolf Hitler, por ejemplo, planeó la construcción de una nueva capital sobre el plano de Berlín, ciudad que consideraba decadente. Bautizada con el nombre de Welthauptstadt Germania (Germania capital del mundo), el proyecto corrió a cargo de Albert Speer, arquitecto oficial del régimen nazi. Siguiendo las instrucciones del Führer, Speer diseñó una ciudad monumental que, según los planos, empequeñecería o cualquier otra obra arquitectónica. Sus principales edificios se iban a situar a ambos lados de un gran bulevar de cinco kilómetros que recorrería la ciudad de norte a sur y estaría presidida por un gigantesco Arco del Triunfo, dentro del que cabría el de París. Al final de esta vía de levantaría el Foro del Pueblo, una espectacular construcción de más de 200 metros de altura coronada por una cúpula 16 veces más grande que la del Vaticano. Tras superar dificultades técnicas de todo tipo, Speer solo pudo terminar algunos edificios del proyecto, como el Estadio Olímpico, sede de los Juegos de 1936, la Cancillería del Reich y el aeropuerto de Tempelhof. El estallido de la guerra paralizó las obras definitivamente.
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