10 / miércoles - julio de 2019

Semana 28. 191/174
Cristóbal.

Fotografiar un cuadro entraña bastantes dificultades. La primera se encuentra en las propias cámaras, a pesar de la enorme calidad que están alcanzando. Cada fabricante emplea sensores que, aparte de ser distintos, se calibran de manera diversa: unos acentúan los verdes, otros refuerzan los rojos... Las diferencias resultan minúsculas, pero bastan para modificar los colores y complicar la reproducción fiel de las tonalidades de un lienzo, riquísimas en matices. Además, el espesor heterogéneo de las pinceladas -sobre todo en el caso de los óleos- absorbe y refleja la luz ambiental de manera que un soporte liso como la fotografía no puede reproducir con exactitud. Contra lo que pueda pensarse, la iluminación no es la mayor dificultad a la hora de retratar un cuadro, porque los museos cuentan con expertos que saben qué luz se necesita en una sala de exposición para que la obra se aprecie en todo su esplendor y matices. Lo ideal sería que el cuadro estuviera colocado en un lugar con un fondo neutro (gris, negro o blanco). Y un consejo: la lente de la cámara ha de estar siempre a la altura del centro del lienzo.
.- Todos los capítulos de Tantos hombres y tan poco tiempo.