15 / jueves - octubre de 2020

Semana 42. 289/77
Teresa de Jesús.

La margarina se la debemos a Napoleón III, quien en 1869 se propuso dar con un alimento para sus tropas que sustituyera la costosa mantequilla, pero que conservara sus características organolépticas y propiedades energéticas. El químico Hippolyte Mège-Mouriés logró dar con un sustituto que llamó oleomargarine –más tarde acortado como margarine–, porque se inspiró en el nombre con que en 1813 Michel Eugène Chevreul bautizó el ácido margárico (del griego margarón, “perla”, por el brillo nacarado de sus cristales) que creyó haber aislado en grasa de cerdo. Años después se supo que no era un compuesto puro, sino una mezcla de ácido esteárico y ácido palmítico.
.- Todos los capítulos de Tantos hombres y tan poco tiempo.