Martina.
Nunca se ha echado más en falta un destornillador que el 22 de enero de 1879, en la batalla de Isandlwana, durante las Guerras Zulúes. Allí se enfrentaron 20.000 guerreros zulúes a 1.800 británicos. Estos estaban resistiendo las oleadas indígenas pero, cuando acudieron a sus reservas en busca de más balas, advirtieron que las tapas de las cajas estaban cerradas con gruesos tornillos. Al no disponer de un destornillador, nadie fue capaz de abrir las cajas. Los ingleses agotaron su munición y fueron derrotados..- Todos los capítulos de Tantos hombres y tan poco tiempo.