6 / viernes - agosto de 2021

Semana 31. 218/147
Transfiguración.
Con la sangre derramada por Urano, el dios griego del Cielo, cuando fue mutilado por su hijo Cronos, quedó embarazada la madre de éste, Gea, la Tierra, quien dio a luz a los Gigantes para que ellos cumplieran su venganza. A pesar de su estirpe divina, los Gigantes eran mortales o, al menos, podían ser muertos por la acción simultánea de un dios y de un mortal. Eran seres enormes, de fuerza invencible y de aspecto aterrador. Tenían una espesa cabellera, una barba hirsuta y sus piernas eran cuerpos de serpientes. Para matarlos, Zeus contaba con la ayuda de Palas Atenea, pero como necesitaba la participación de un mortal, recurrió a Hércules. La lucha fue larga y terrible, pero los Gigantes acabaron exterminados. La palabra griega gigas, gigantos pasó al latín como gigas, gigantis y al francés antiguo como jayant, que evolucionó hacia el actual géant. De jayant provino también el vocablo español jayán «persona de gran estatura, robusta y de muchas fuerzas», que apareció ya en El Quijote. Gigante se utiliza actualmente no sólo para las personas de gran estatura, sino también para cualquier cosa que exceda en mucho su tamaño normal. En el siglo XX, surgió en medicina el derivado gigantismo, como denominación de un trastorno del crecimiento caracterizado por un desarrollo excesivo del cuerpo. En las últimas décadas, este vocablo fue adoptado también por teóricos liberales para referirse al desarrollo que consideran excesivo del Estado, así como el prefijo giga- nos llegó —no directamente del griego, sino por intermedio del inglés— para designar cantidades gigantescas, tales como los miles de millones de bytes.
.- Todos los capítulos de Tantos hombres y tan poco tiempo.