Pedro Crisólogo.
La antigua costumbre de casar a las mujeres a la edad de doce o trece años tenía una razón práctica: evitar que las violaciones -muy habituales entonces- les impidiesen llegar vírgenes al matrimonio. Lo habitual era que tras la boda, el marido le regalara una pantuflas a ella como señal de la paz doméstica..- Todos los capítulos de Tantos hombres y tan poco tiempo.