5 / martes - junio de 2018

Semana 23. 156/209
Bonifacio.

Además de centenares de dialectos y lenguas locales, se calcula que en Europa se hablan más de sesenta idiomas de diversos orígenes: indoeuropeo, urálico, altaico, caucásico.. En su libro Lingo, el lingüista holandés Gaston Dorren traza un mapa lingüistico del Viejo Continente que resulta, como mínimo, sorprendente. Por ejemplo, en Francia, además del francés, se utiliza el occitano, el corso y el franco-provenzal o arpitano. En Italia siguen vivos el sardo, el veneciano y, al menos, una docena más de lenguas regionales; entre ellas, alguna de nombre exótico como el friulano, de la región de Friuli. El rumano tiene tres variedades que perfectamente podían ser idomas diferentes, el arrumano, el meglenorrumano y el istrorrumano, mientras que en territorrios de la antigua Unión Soviética existe un ámplio catálogo lingüistico con curiosas denominaciones como el tabasarano, el talishi, el tártaro, el tsajur, el tsez, el cabardiano, el calmuco o el carelio entre otros muchos. Y entre los idiomas europeos más curiosos está el casubio, utilizado por algunos habitantes de la región polaca de Casubia; el sorbio, en el este de Alemania; el komi, en la república rusa del mismo nombre; el manés, que solo se habla en la isla de Man (inglaterra); y el romanche, rético o grisón, empleado oficialmente por 35.000 suizos, la mayoría en el cantón de los Grisones.
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