16 / lunes - julio de 2018

Semana 29. 197/168
Carmen.

El calendario gregoriano es el calendario civil más utilizado en todo el mundo. Fue introducido por el papa Gregorio XIII en 1582 para corregir el calendario juliano, establecido por Julio César en el año 46 a. C., que a su vez sustituyó al calendario romano que se empleaba desde el 713 a. C. Se trata de un calendario solar donde el año consta de 365 días, 5 horas, 49 minutos y 12 segundos, por lo que se agrega un día (el 29 de febrero) cada cuatro años para compensar esas “horas extra”. Sin embargo, no es un calendario perfecto y su error es de más o menos un día cada 3,263 años.

El calendario hebreo es lunisolar (se basa tanto en el movimiento de traslación de la Tierra alrededor del Sol como en la traslación de la Luna alrededor de la Tierra). Generalmente consta de 12 meses lunares que alternan entre 29 y 30 días –excepto por dos meses que en ocasiones tienen 29 y a veces 30 días–. Los meses inician el día de la luna nueva. Como el año lunar es de 354 días, para ajustarse al año solar y las fiestas religiosas se celebren en la misma época del año, siete veces cada 19 años el año tiene un mes más, es decir, 13 meses. Esto significa que hay años de 353, 354, 355, 384 o 385 días. En el calendario judío los días no comienzan a las 00:00 horas, sino al atardecer del día anterior –y duran hasta el atardecer del día siguiente–.

Llamamos “calendario hindú” a cualquiera de varios que se emplean en India desde más o menos el año 1000 a. C. Hay varios porque comunidades de diferentes regiones le hicieron modificaciones propias. Algunos de estos calendarios son el tamil, el bikrami y el bengalí. Hablando en términos generales del “panchanga”, como se le suele llamar, está basado en 12 meses lunares –12 fases completas de la Luna–, y para resolver parcialmente la diferencia entre los 365 días de un año solar con los 354 de 12 meses lunares, se inserta un mes extra cada 30 meses. Pero algo que lo hace sobresalir es su manera de combinar días y meses lunares y solares –los movimientos de la Luna y el Sol con relación a constelaciones estelares– para estructurar el tiempo. En la vida cotidiana, los hindúes se rigen por el calendario gregoriano, pero para su vida religiosa –particularmente en India, Nepal y Bali, y por hindúes en todo el mundo– utilizan el calendario hindú, que inicia en la temporada de cosechas.

El calendario budista también es un calendario lunisolar y está basado en el calendario hindú; se usa en el sureste de Asia, en países como Malasia, Singapur, Tailandia, Myanmar, Camboya, Laos y algunas regiones de China. Sin embargo, los ajustes que se realizan en este calendario para resolver la discrepancia de los 12 meses lunares no son muy precisos, lo que ha provocado que se salga de sincronía más o menos un día cada cien años. La mayoría de los budistas de la región celebran el Año Nuevo el 2 de febrero.

En todo el mundo los musulmanes usan su propio calendario también llamado hijri, para determinar las fechas de las obligaciones religiosas. Es un calendario lunar en el que cada mes inicia el primer día de luna creciente; es decir, cuando apenas se ve un arco de Luna después de la luna nueva y debe verse a simple vista. ¿Quién determina que se ve? Un comité o una persona autorizada; pero si la Luna no se ve porque esté nublado, por ejemplo, el siguiente mes empieza cuando se vea –puede ser al día siguiente o quizá dos–. El año en el calendario islámico es unos 11 días más corto que el año solar y no tiene relación con los equinoccios y solsticios, ni tiene medidas para sincronizarse con éstos como ocurre en otros calendarios lunares, lo que significa que los meses no caen siempre en la misma época. Como el calendario persa, el calendario islámico se inicia en el año 1 A.H. (Anno Hegirae), que equivale al 622 de nuestra era, que es cuando el profeta Mahoma fue de La Meca a Medina (un evento llamado Hégira o Hijra). En la vida cotidiana los países musulmanes utilizan el calendario gregoriano.

El calendario persa, también llamado calendario iraní o calendario jalaali es solar y se emplea en Irán y Afganistán. Es uno de los calendarios más antiguos conocidos y ha sido ajustado varias veces debido a cuestiones religiosas o administrativas. El año inicia la medianoche más cercana al momento exacto en que cálculos astronómicos en Teherán determinan que ocurre el equinoccio de primavera en el meridiano del tiempo estándar de Irán.

El calendario chino también es lunisolar y su origen se remonta a antes del siglo XIV a. C. Tiene ciclos de 12 años y 12 meses en cada año, y un mes adicional cada dos o tres años. Cada uno de los 12 años es simbolizado por uno de 12 animales, que en orden son: rata, buey, tigre, liebre, dragón, serpiente, caballo, borrego, mono, gallo, perro y cerdo. Este calendario es utilizado para las festividades chinas, como el Año Nuevo, y para determinar fechas propicias para eventos relevantes, como una boda, aunque en la vida cotidiana se aplica el calendario gregoriano.

El calendario maya fue desarrollado por los mayas de la antigüedad, -un pueblo que destacó por sus conocimientos astronómicos y matemáticos- y que ha sido la base para los calendarios de las demás civilizaciones mesoamericanas. Cuando hablamos del calendario maya, en realidad hablamos de tres: el haab, que era solar, con 18 meses de 20 días y uno de 5 para un total de 365 días en un año; el tzolkin, que era ceremonial, estaba formado por 20 periodos de 13 días y un ciclo de 260 días, cada día identificado por un número y nombre; y el calendario largo, que equivalía a 18,980 días lo que es igual a un ciclo de 52 años.
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